
Ocho miradas al arte contemporáneo
El arte contemporáneo ofrece una vía para acercar a las personas mayores a nuevas formas de pensamiento, estimular su creatividad y favorecer la participación cultural activa.
Veinte de noviembre, si no antes..., aparece compungido en la televisión de blanco y negro el siniestro personaje llamado Carlos Arias Navarro
Erase una vez...15 de noviembre de 2025 Antonio Morales
Veinte de noviembre, si no antes..., aparece compungido en la televisión de blanco y negro el siniestro personaje llamado Carlos Arias Navarro alias “el carnicero de Málaga” diciendo aquello de ¡Franco ha muerto!, y para alegría de mucha gente además, de la que tuvo represión en la cárcel, en los trabajos, en los barrios, con o sin resultado de muerte ya que, desgraciadamente, las ejecuciones contra los “rojos” solían ser sumarias y sin garantía procesal alguna. A ver si te enteras que eso era una dictadura y lo que te cuenten que estamos hoy. Gente que se la jugaba de verdad, con sus vidas, para que aquella democracia tricolor de la República fuera devuelta a la ciudadanía. Una democracia secuestrada por un golpe de Estado que, finalmente, lideró Francisco Franco Bahamonde alias “Paca la culona” entre los mentideros fascistas de la época. Ya te puedes imaginar de por dónde iban los tiros. Un golpe de Estado apoyado directamente por la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini, condenado internacionalmente al principio y con unas brigadas internacionales que se volcaron en defender los valores de la República en cuyas últimas elecciones ganó el Frente Popular. Las élites de este país, comandadas por militares, jerarquía eclesiástica, banqueros y empresarios arribistas, no podían tolerar haber perdido las elecciones y que las ganara la izquierda en su conjunto y algún sector más moderado que podríamos encuadrar en el espectro liberal progresista.
Durante décadas se implantó no solo un régimen de terror, venganza, miedo, silencio, al que no le bastaba con haber ganado la guerra sino su plan consistía en llevar a cabo lo que fue, un genocidio contra cualquiera que hubiese colaborado por activa o pasiva con la República, sino que fue más allá con una política de extraer recién nacidos de madres, principalmente relacionadas con la República o solteras sin vínculos directos, para transferirlos a la burguesía encuadrada en el bando nacional (término al uso del gusto de esa gentuza fascista). Es lo que conocemos como el robo de bebés que no se llevó a cabo por un capricho sino mediante una trama organizada en la que participaban personal hospitalario, sacerdotes, monjas, los cuadros políticos del momento, la policía y sus delatores, que a día de hoy aún persisten las secuelas ya que no hay un banco de ADN público u oficial donde aquellas personas con sospechas de ser hijos de esas madres que nunca conocieron y se criaron con otras familias más pudientes y de otra ideología.
Llegó en anhelado día en el que un tío abuelo mío vio sueño cumplido de ver morir al cabrón de Franco según sus propias palabras, una persona amargada porque su vida se vio truncada con el golpe de Estado de 1936 y con suerte, además, de haber sobrevivido el camino de la Desbandá desde Málaga a Almería camino de Valencia donde, finalmente, estuvo un tiempo. Pero esa alegría se lo llevó a la tumba también y no la disfrutó mucho, siendo casi mejor para él que no viviese el trampantojo denominado transición democrática ejemplar. Y digo esto porque, he aquí la razón del título, fue todo (y igue siendo) una gran mentira ocultada en los libros de textos posteriores en colegios e Institutos, no así en la Universidad donde el sentimiento republicano era abrumadoramente mayoritario. Franco murió pero no el franquismo, y esto es que muerto el perro no se acabó la rabia. De la noche a la mañana Fraga, por ejemplo, se acostaba fascista que firmó órdenes de penas de muerte y se levantó demócrata considerado un padre de la Constitución, fundador de Alianza Popular y si no saben el resto lean un poco más...Y este es solo un ejemplo palmario que podríamos extender a banqueros, políticos o empresarios, y cómo no jueces que el día de antes levantaban la mano para cantar el cara al sol con la camisa nueva y al día siguiente se la cambiaron pero guardándola en un cajón por si tuvieran que rescatarla. El franquismo se reencarnó en la monarquía que la restaura a dedo (como no podía ser de otra forma) la momia de Franco, y a partir de ahí el rey campechano, corrupto a espuertas, putero mayor del reino, llamado Juan Carlos I -con una historia bastante turbia- se va haciendo con los mandos -previo aprendizaje con Franco en vida- del reino al que los súbditos debíamos comenzar a rendirle algo de pleitesía. Honor y gloria a ese rey tan alto, apuesto, bien plantao, que decían las señoras de los 70 y los 80 sobre todo, para que el tipo comenzara a presumir de democracia aunque, eso sí, creyendo que la gente era idiota y no lo era aunque, ciertamente comenzó a dar síntomas -esa misma gente- de tragarse el cuento que día y noche todos los medios de la época se encargaban de reproducir de estamos en democracia. Eso sí, en una democracia donde el Jefe del Estado es elegido por la gracia del ADN hereditario de un braguetazo. O sea una mierda envuelta en papel de celofán para que te creas que es navidad. La misma democracia que, según se va demostrando y ya veremos algún día, se comentó (ya menos) que él (el campechano) salvó de un golpe el 23 F. Una trola que yo, contando con 24 años y por aquel entonces enrolado forzoso en la Armada, no me creí y sospechaba lo que años después gente experta venía a confirmar su más que probable participación siendo él el elefante blanco que nadie ve pero del que todo mundo habla, como tampoco me creí de las bondades de la Constitución -el tiempo me da la razón- y siendo la primera votación a la que pude haber asistido por aquel entonces ya contaba con los 21 años reglamentarios para ejercer la mayoría de edad le dije a la Constitución que me esperara para otro día, que yo era republicano, que no creía en la economía de mercado y que tampoco creía en el pastiche que intentaban colarme de inviolabilidad del rey, la unidad nacional en un país que no es uno solo sino un país de países. Me abstuve porque no quise coincidir con el voto de la derecha, y la verdad creo que fue una de las mejores decisiones que tomé conmigo mismo. El tiempo pone y quita razones y a mí me las está poniendo. Por eso, desde esa experiencia de haber vivido algo de la transición, puedo decir que de modélica nada, que todo fue un trampantojo para que, igualmente, una parte de la izquierda tuviera que aceptar forzosamente el nuevo escenario sin romper con lo viejo ayudado por una vieja guardia, comandada por Carrillo, traidora de los principios que alumbraban la República. El chantaje hizo mella y mucha gente se fue quedando en el camino además de la gente que dejaron tirada literalmente en las cunetas, sin identificar por sus familiares, sin que se les rindiera honores de haber sido leales a la República, sin que pudieran darle una despedida digna. Durante muchísimos años las cunetas han estado silenciadas y los genocidas y sus cómplices campando a sus anchas con el traje de demócratas y las camisas de otro color mediante una ley de amnistía vergonzosa e indigna de un país realmente democrático. Por eso la memoria democrática implica reparación, reconocimiento, verdad, o sea un verdadero acto de justicia. Por eso, a día de hoy, llevamos 50 años de mentiras ocultas, muchas de ellas, siendo protegidas por una ley franquista de secretos oficiales que no se derogó. Un país democrático no debió permitir ser el segundo del mundo con más asesinados en cunetas ni tampoco una monarquía restaurada a dedo por un dictador sin un referéndum donde, claramente, iba a ganar la República. Nos colaron el relato que ya la Constitución implicaba el apoyo de la monarquía, eso sí sin referéndum específico, y hasta el día de hoy. Cincuenta años de mentiras no son pocos aunque oigas en estos días que recuperamos la democracia. La verdadera, seguro que no y si no que se lo digan a los familiares de los más de cien muertos a manos de las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado y de los grupos de extrema derecha, algunos de ellos paradigmáticos como el de Manuel José García Caparrós un joven de 19 años, sindicalista de la hostelería afiliado a CCOO, que recibió las balas (impunes a día de hoy) de un policía asesino. Hasta hoy, durante 48 años, no se ha hecho justicia con la familia y la memoria de este chico que, como yo ese día, iba a manifestarse por la Autonomía Andaluza. Aquella bala podía haber sido para mí o para cualquiera de las doscientas mil personas que acudieron ese 4 de diciembre de 1977. A partir de aquel día nada fue igual tampoco para mí y es cuando te das cuenta que el fascismo no se iba, se quedaba a convivir como un zombi entre los vivos y caminar sin trabas, y que lo que defiendes está en el lado correcto de la historia que era y es combatirlo con los valores de la vida.

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Una de cada cinco personas tiene más de 65 años, según el informe ‘Un perfil de las personas mayores en España 2025: envejecimiento, salud y bienestar en cifras’, presentado 24/10/2025

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En plena crisis final del franquismo en el otoño de 1975 la cuestión del Sahara se mezcló con la agonía de Franco.

En unas declaraciones al diario ABC, el primero de abril de 1964, cuando se estaban celebrando los “25 años de paz”, Franco planteó una frase en la que se resume su idea de por qué hubo que poner en marcha lo que el franquismo denominó “alzamiento nacional”, o lo que es lo mismo, un golpe de Estado

El 13 de febrero de 1983 se publica el último ejemplar del periódico “El Eco de Canarias”, periódico estatal del entonces ente Medios de Comunicación Social del Estado, en este número de despedida se publica en la portada una noticia sobre la lucha sobre derechos laborales, “Jornada laboral de 40 horas”, un derecho que hoy día parece que siempre ha estado ahí y que en muchos países del mundo está en peligro.

El Patronato de Protección a la Mujer, una institución franquista que dependía del Ministerio de Justicia, sometió a miles de mujeres durante la dictadura a un férreo control entre la disciplina militar y la tortura psicológica. La muerte en 1983 de una de las internas, Inmaculada Valderrama, aceleró su desaparición.

La historia de las Mercury 13 es el relato de una iniciativa feminista a la que el machismo intrínseco en la sociedad de la década de 1960 “cortó las alas” y, con ellas, las posibilidades de que trece mujeres excepcionales para su época vieran cumplido su sueño de volar al espacio.

Santa Cruz de Tenerife, 1837 — Bajo el lema "Aquel pueblo es verdaderamente libre donde las leyes mandan y los hombres obedecen", nació El Atlante, el primer periódico no oficial de las Islas Canarias. Fundado el 1 de enero de 1837 en plena regencia de María Cristina y en el contexto de la Primera Guerra Carlista, este diario se convirtió en un referente del pensamiento liberal en el archipiélago.

“An argentinian in Moldova?”, me dijo Iana Mustac, oficial de migraciones de Moldavia. Sí, tenía un inglés bastante tosco, pero se hacía entender bien. Veía con extrañeza mi pasaporte, como si fuera una ciudadana de Júpiter y no de un país que queda a 12 mil kilómetros de distancia. “Come here, please”. Así empezó la pesadilla.

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En un rincón rural de Cataluña, un grupo de familias ganaderas dio forma al Biohub Km0, una iniciativa pionera que reinventa el destino de sus residuos y posiciona al territorio como faro internacional de economía circular.

En plena crisis final del franquismo en el otoño de 1975 la cuestión del Sahara se mezcló con la agonía de Franco.

Rafael Canogar y Jesús M. Castaño dialogan “Sobre El Paso”

Veinte de noviembre, si no antes..., aparece compungido en la televisión de blanco y negro el siniestro personaje llamado Carlos Arias Navarro

Hasta el 16 de noviembre, las Grandes Playas de Fuerteventura se llenarán de color y magia.