
El gobierno francés, liderado por el primer ministro François Bayrou, ha anunciado un controvertido plan de recortes económicos que ha desatado críticas por su impacto en los sectores más vulnerables de la sociedad. Las medidas, alineadas con las propuestas tradicionales de la derecha, incluyen la congelación de pensiones, la reducción del empleo público y la eliminación de dos días festivos, en un intento por reducir el gasto estatal y aumentar la productividad.