El junco, en pie

A qué negarlo: adolescentes y bachilleres, todos nos enamoramos con las canciones del Dúo Dinámico, cuando el amor tenía quince años y hacíamos los naturales esfuerzos por descubrirlo, casi siempre sin fortuna.

Cultura29 de agosto de 2025Salvador García LlanosSalvador García Llanos
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A qué negarlo: adolescentes y bachilleres, todos nos enamoramos con las canciones del Dúo Dinámico, cuando el amor tenía quince años y hacíamos los naturales esfuerzos por descubrirlo, casi siempre sin fortuna. Manuel de la Calva, que nos dejó el martes, cuando contaba 88 años, y Ramón Arcusa -con el paso del tiempo, especialmente a raíz del triunfo eurovisivo en 1968, memorizamos sus nombres y los colocamos en el elenco de los prolíficos compositores- hicieron una de las bandas más entusiastas y emprendedoras cuando, en la década de los sesenta del pasado siglo, la música española se abría paso y trataba de competir con aquella formidable producción que nos llegaba de Europa y de América. Manolo y Ramón fueron pioneros del pop español y si no, que le pregunten a Manuel García Tejera, Mario Torres, Leocadio Perdigón, Pepe Carrillo Molina… coetáneos portuenses de la época que imitaron las voces y echaron sus perras de baile, al ritmo de aquellas canciones que eran fáciles de memorizar, gustaban y ya prendían en aquella suerte de reuniones mágicas de los sábados, domingos y festivos, con el paso del tiempo patentadas como guateques o fiestas bailables a base de ‘cap’ doméstico que, en aquellos años, éramos muy dados a los eufemismos y encantaba encontrar una seña de identidad que sirviera para sentir que nos hacíamos mayores. Mientras todo eso ocurría, coleccionábamos la revista ‘fans’, editada por Bruguera, con periodicidad semanal. Costaba seis pesetas, si no recordamos mal. Manolo García las amontonaba en el garaje de su casa y allí las hojeábamos hasta terminar releyéndolas. La revista encarnaba la vida deseable, la modernidad, aunque ni de lejos podía saberse lo que era aquello.

El dato es revelador: Manuel de la Calva dejó registradas en los archivos de la Sociedad General de Autores de España (SGAE), unas setecientas sesenta y seis canciones, algunas de ellas éxitos indiscutibles que fueron pasando de generación en generación. Han sido muy curiosos, desde luego, los reportajes televisados de estos días en los que circularon testimonios desordenados -y desafinados- de estrofas entonadas y bailadas cuando “jóvenes, éramos tan jóvenes” .

Total, que el Dúo Dinámico fue el arquetipo español de una época inigualable, en la que el entusiasmo y la imaginación suplían las múltiples carencias. Para comprar un single, por ejemplo, o un poster con el que adornar las paredes del cuarto. El listado de canciones es interminable. Las acompañó el éxito, como si Manolo y Ramón estuvieran condenados a triunfar.

En un vetusto Cinema Olympia contemplamos una vez ‘Botón de ancla en color’, película dirigida por Miguel Lluch y protagonizada por el Dúo Dinámico, Miguel Gila y María del Sol Arce. Había público de todas las edades pero era llamativo que las interpretaciones fueran aplaudidas, a rabiar, como se decía entonces. Memorable.

Luego. Muchos años después, las circunstancias quisieron que oficiáramos de presentadores de los artistas cuando actuaron en la sala ‘Isla del Lago’, con motivo de las Galas OTA que patrocinaba Club de Vacaciones. Entonces, el recinto estaba envuelto por la nostalgia que se respiraba y evaporaba tema tras tema. Una pareja seguía las interpretaciones cogidos de la mano. Se cambiaron sus suéteres rojos de pico, en pleno escenario, y aquéllo, como si fuese un gesto de marca mayor, fue el acabóse. Ya resistían, el himno al que puso letra Carlos Toro, por algo entrañaba el junco que se dobla, pero sigue siempre en pie, aunque los vientos de la vida soplen fuerte.

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