Los héroes de una épica silenciosa.

En el Día Internacional de la Agricultura, un homenaje profundo a quienes, desde hace doce mil años, sostienen con su trabajo lo más esencial: la vida.

General26 de septiembre de 2025Bioeconomia.infoBioeconomia.info
20250926_Bioeconomia_02

En el Día Internacional de la Agricultura, un homenaje profundo a quienes, desde hace doce mil años, sostienen con su trabajo lo más esencial: la vida.

Hace unos doce mil años, en el Neolítico, la humanidad cambió el rumbo de su historia. Abandonó la vida nómade de cazadores y recolectores, y se asentó para producir sus propios alimentos. Plantar una semilla con intención fue mucho más que una innovación técnica: fue el inicio de una transformación civilizatoria. La domesticación de cultivos y animales abrió la puerta a la abundancia relativa, permitió el crecimiento poblacional y sentó las bases de las primeras ciudades, de los primeros imperios, de los primeros dioses.

Desde entonces, la agricultura no fue solo una forma de obtener comida. Fue la condición de posibilidad de todo lo que hoy entendemos como sociedad organizada. No hay política sin excedente. No hay cultura sin tiempo libre. No hay espiritualidad sin ofrenda. La agricultura dio origen a los calendarios, a los templos, a las fiestas, a los rituales. Alimentó el cuerpo y también el alma.

A lo largo del tiempo, cada civilización encontró soluciones propias a sus desafíos agrícolas. Los pueblos del Creciente Fértil diseñaron sistemas para llevar el agua del río a sus cultivos. Los incas desarrollaron terrazas que aún hoy asombran por su precisión. La fibra del cáñamo impulsó la navegación y el comercio. El papiro permitió escribir. Los cereales fermentados dieron origen a la cerveza; la vid, al vino. Junto con la agricultura, la humanidad aprendió a transformar, a conservar, a celebrar.

Y a criar. La ganadería no fue solo una fuente de alimento: también aportó fuerza de trabajo, movilidad, abrigo, iluminación. El cuero, la lana, el sebo y la leche formaron parte del repertorio material básico de la vida cotidiana mucho antes de que existieran las fábricas. Agricultura y cría animal construyeron una cultura productiva entera.

Pero el crecimiento trajo presión. Y la presión superó la capacidad de respuesta del mundo natural. Inglaterra, hacia el siglo XVIII, vivió una escasez crítica de madera. Sin ella, no había calor, ni barcos, ni herramientas. No supimos vivir dentro de los límites de lo que la naturaleza ofrecía. Esa falta de equilibrio abrió paso al carbón, y con él, a la Revolución Industrial. Fue una transición energética, pero también una ruptura: la humanidad comenzó a depender de recursos que la naturaleza tarda millones de años en formar, y que seguimos explotando con consecuencias profundas.

Hasta entonces, con pocas excepciones, la vida humana había dependido casi por completo de procesos biológicos. Alimentos, abrigo, energía, medicina, construcción y transporte se originaban —o se sostenían— en la tierra. La irrupción de los fósiles trajo velocidad, abundancia y nuevas posibilidades. Mejoró la calidad de vida, amplificó la tecnología, revolucionó la producción. Pero también nos dejó comiendo microplásticos, perdiendo cosechas por eventos extremos, viendo especies desaparecer y desplazando comunidades enteras por sequías o inundaciones. Fue progreso, pero también desequilibrio.

Hoy, ese desequilibrio ya no puede ocultarse. No se trata de renunciar a lo que logramos, sino de recuperar las bases con nuevas herramientas. Volver a lo biológico, con conciencia. Y con ciencia. Apostar por un modelo que nos permita desarrollarnos sin comprometer el futuro del planeta. Ese modelo existe, y tiene nombre: bioeconomía.

La agricultura bien practicada es su gran base. No hay bioeconomía sin biomasa, sin fotosíntesis, sin suelo, sin productores. La industria transforma, sí, pero la agricultura origina. Es el punto de partida de esta transición regenerativa, eficiente, anclada en los límites del planeta. Y hoy tenemos la tecnología, el conocimiento y la experiencia para hacerla posible.

Aprendimos a producir manteniendo el equilibrio, reponiendo más árboles de los que usamos y cuidando los que no podemos reemplazar. Sabemos cultivar preservando la biodiversidad y mejorando los suelos mediante la captura de carbono. Incorporamos la lógica de la biorrefinería, que nos permite aprovechar cada fracción de un cultivo: proteínas para alimentación, fibras para materiales, aceites y azúcares para energía. Seguimos domesticando plantas, como las brassicas que permitirán volar con combustibles sostenibles. La biotecnología hace la agricultura más precisa, más limpia, más productiva. Y al aprender a imitar la fotosíntesis, dimos origen al cultivo urbano, que acorta distancias y reconfigura la logística alimentaria.

En este contexto, cada 9 de septiembre, el Día Internacional de la Agricultura no es solo una efeméride. Es una oportunidad para reflexionar sobre el modelo de desarrollo que queremos construir. Desde BioEconomía.info, impulsamos la bioeconomía como alternativa real al colapso fósil. Y sabemos que sin agricultura, no hay comienzo.

Por eso, hoy rendimos homenaje y agradecimiento no solo a quienes trabajan actualmente la tierra, sino a todos los que, desde hace más de doce mil años, han sostenido esta actividad esencial. Agricultores, ganaderos, criadores, cooperativistas, contratistas, científicos, técnicos y productores de todos los tiempos. Porque a pesar de las sequías, de las inundaciones, del olvido persistente y de las cargas que otros sectores jamás enfrentarían, nunca dejaron de sembrar. Son héroes de una épica silenciosa. Y hoy, más que nunca, son verdaderos protagonistas de una transformación que el mundo necesita.

Últimas noticias
20250926_Bioeconomia_02

Los héroes de una épica silenciosa.

Bioeconomia.info
General26 de septiembre de 2025

En el Día Internacional de la Agricultura, un homenaje profundo a quienes, desde hace doce mil años, sostienen con su trabajo lo más esencial: la vida.

Te puede interesar
Copilot_20250922_111512

El CES-CANARIAS, Tradición de consensos rotos y acaparación empresarial.

Miguel A. Barrios Miralles
General24 de septiembre de 2025

El Consejo Económico y Social de Canarias fue creado (siendo Consejero de Trabajo,  D. Blas Trujillo),  por la Ley 1/1992, de 27 de abril, para dar cumplimiento y desarrollo a los valores constitucionales de participación social y promoción económica indicados, y cuya finalidad viene recogida en el artículo 179 del Estatuto de Autonomía de Canarias, como “órgano de carácter consultivo en materia económica y social, cuya finalidad primordial es la de servir de cauce de participación y diálogo en los asuntos socioeconómicos”.

20250916_Mentiras

¿Por qué nos creemos las mentiras?

www.agenciasinc.es
General19 de septiembre de 2025

La forma en que procesamos la información cambia según lo que podemos ganar o perder. Una investigación revela que esta dinámica influye en nuestra tendencia a aceptar afirmaciones falsas, especialmente cuando provienen de personas cercanas.

20250905_Nuevas_compressed (1)

Hacia un modelo mercantil ético: La urgencia de dejar atrás las fórmulas del siglo XIX.

Sergio Santana Santana
General05 de septiembre de 2025

El siglo XXI avanza a un ritmo vertiginoso, pero nuestras estructuras mercantiles parecen ancladas en el pasado. Mientras el mundo debate sobre sostenibilidad, justicia social y equidad, seguimos utilizando herramientas económicas propias del siglo XIX, diseñadas para acumular riqueza en manos de unos pocos. Es hora de cuestionar estos modelos y exigir alternativas que prioricen el bienestar colectivo sobre el enriquecimiento individual.

Lo más visto
20250926_Bioeconomia_02

Los héroes de una épica silenciosa.

Bioeconomia.info
General26 de septiembre de 2025

En el Día Internacional de la Agricultura, un homenaje profundo a quienes, desde hace doce mil años, sostienen con su trabajo lo más esencial: la vida.

20250923_TVE

TVE, con vientos favorables.

Salvador García Llanos
Opinión23 de septiembre de 2025

Los vientos soplan a favor de Televisión Española (TVE). Tal es así que, salvo aquella nefasta experiencia de hace unos meses (La fábrica de la tele), sus fichajes y sus programas van de éxito en éxito, con índices de audiencia en pleno crecimiento, de modo que algunas producciones de las cadenas privadas generalistas han visto reducidas sus cuotas de pantalla y sus seguimientos de espectadores han ido retrocediendo y enflaqueciendo sus espectadores directos. Eso no obsta para que la competencia en algunas programas estelares de determinadas franjas horarias, más los celos trufados de rivalidad en conductores y conductoras, a los que ha dado, para fortalecer índices de popularidad y caché, por exhibir alguna consideración política, en opinar libremente, haciendo buena aquella recomendación del ex presidente Aznar (“El que pueda hacer, que haga”).

20250925_LiaTAvio

Lía Tavío: la artista que bordó la modernidad.

Diego De La Nuez Machin
Cultura25 de septiembre de 2025

En una época en que el arte femenino apenas encontraba espacio en los salones ni en las páginas de las revistas, Lía Tavío (Puerto de la Cruz, 1874 – Las Palmas de Gran Canaria, 1965) tejió una trayectoria tan rica como silenciosa. Pintora, poeta, escritora, pianista y docente, su vida fue una sinfonía de disciplinas que se entrelazaban con naturalidad. Desde muy joven, recibió formación artística en la academia del pintor y fotógrafo Marcos Baeza, y más tarde en Madrid con el paisajista Serafín Avedaño. Su obra, sin embargo, no se limitó a los cánones académicos: fue una expresión íntima de sensibilidad, modernidad y compromiso cultural.

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email