
Ocho miradas al arte contemporáneo
El arte contemporáneo ofrece una vía para acercar a las personas mayores a nuevas formas de pensamiento, estimular su creatividad y favorecer la participación cultural activa.

El arte contemporáneo ofrece una vía para acercar a las personas mayores a nuevas formas de pensamiento, estimular su creatividad y favorecer la participación cultural activa.

Su obra no solo representa una estética, sino una postura ética, política y cultural profundamente arraigada en la identidad del archipiélago. Pintor, docente, activista y pensador, Monzón fue mucho más que un artista plástico: fue un constructor de mirada, un defensor de lo autóctono y un agitador de conciencias.

En un siglo marcado por guerras, exilios y reconstrucciones, la figura de Vicki Penfold emerge como un testimonio de resistencia artística y humana. Nacida en Cracovia en 1918 bajo el nombre de Victoria Sandberg, su vida fue una odisea que atravesó campos de trabajo en Siberia, campamentos de refugiados en África y estudios de arte en Europa, hasta encontrar refugio definitivo en Canarias. Su trayectoria no es solo la de una pintora: es la de una mujer que convirtió el dolor en color, y el exilio en forma.

Los artistas les temen a las manos humanas más que a ningún otro motivo figurativo.

En una época en que el arte femenino apenas encontraba espacio en los salones ni en las páginas de las revistas, Lía Tavío (Puerto de la Cruz, 1874 – Las Palmas de Gran Canaria, 1965) tejió una trayectoria tan rica como silenciosa. Pintora, poeta, escritora, pianista y docente, su vida fue una sinfonía de disciplinas que se entrelazaban con naturalidad. Desde muy joven, recibió formación artística en la academia del pintor y fotógrafo Marcos Baeza, y más tarde en Madrid con el paisajista Serafín Avedaño. Su obra, sin embargo, no se limitó a los cánones académicos: fue una expresión íntima de sensibilidad, modernidad y compromiso cultural.

En el panorama artístico de Canarias, pocos nombres resuenan con la profundidad y la coherencia de Pedro González (La Laguna, 1927–2022). Pintor, ensayista, docente, activista cultural y alcalde, su figura encarna una síntesis rara: la del creador que piensa, del intelectual que pinta, del ciudadano que transforma. Su obra, marcada por una abstracción lírica y una paleta vibrante, no solo renovó el lenguaje plástico en las islas, sino que propuso una forma de estar en el mundo a través del arte. Pedro González no pintaba para decorar: pintaba para pensar.

En el panorama artístico del siglo XX en Canarias, pocas figuras brillan con la autenticidad y el compromiso de Jane Millares Sall. Nacida en Las Palmas de Gran Canaria en 1928, en el seno de una familia de intelectuales y artistas, Jane fue mucho más que la hermana de Manolo Millares o de Agustín Millares. Fue una creadora con voz propia, que supo construir un universo plástico profundamente arraigado en la identidad canaria, sin renunciar a la experimentación ni al compromiso social.

Hay artistas cuya obra trasciende el lienzo y se convierte en una declaración de vida. Óscar Domínguez, nacido en La Laguna (Tenerife) en 1906, es uno de esos genios que no solo pintó, sino que vivió su arte con una intensidad que lo llevó a las cumbres del surrealismo europeo. Su trayectoria es una mezcla de insularidad, bohemia, rebeldía y genialidad, que lo posiciona como uno de los grandes nombres del arte español del siglo XX.

César Manrique no solo dejó una huella indeleble en la historia del arte español, sino que anticipó con décadas de ventaja los principios del diseño sostenible que hoy son bandera de arquitectos, urbanistas y ambientalistas. Su obra es una síntesis entre estética, ética y ecología, y su pensamiento sigue siendo un faro para quienes buscan construir sin destruir.

Lola Massieu (1921–2007) fue mucho más que una artista plástica. Fue una mujer que convirtió el arte en un acto de resistencia, una creadora que rompió moldes sin estridencias, y una figura esencial para entender la evolución del arte abstracto en Canarias y el papel de la mujer en la cultura española del siglo XX.

Al abordar el problema de las mujeres artistas a lo largo de la historia, hasta ahora ha predominado un planteamiento muy pobre: el de comenzar a hablar por la Edad Media. Así, se ha dicho que la primera mujer artista de Europa fue la “pintora y servidora de dios” Ende, que firmó hacia el año 970, junto al pintor Emeterio, las miniaturas del Beato de Liébana conservado en la catedral de Gerona. Marcarían los pasos siguientes otras monjas del medievo, y se llegaría así a la Italia renacentista.

En tiempos donde el arte parece diluirse entre algoritmos y tendencias efímeras, conviene recordar a quienes lo usaron como herramienta de denuncia, como acto de resistencia. Manolo Millares, nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1926, no solo fue un pintor de vanguardia: fue un testigo incómodo de su tiempo, un creador que convirtió el dolor en materia y la memoria en forma.

A orillas del Atlántico, lejos del bullicio de París o Viena, un artista grancanario creó una estética tan singular como universal. El Museo Reina Sofía redescubre a Néstor Martín-Fernández de la Torre, el pintor que convirtió Canarias en poesía visual y reimaginó el modernismo desde la periferia.


Científicas de Texas A&M diseñaron un innovador material para baterías a base de componentes naturales y comestibles que se desintegra sin contaminar, con potencial para revolucionar la electrónica sustentable.


Un tributo a la creatividad checa, con la etérea Entr’acte de Caroline Shaw como umbral contemporáneo.

Durante décadas, políticos y economistas han invocado la “mano invisible” de Adam Smith como si fuera una fórmula mágica que justifica dejar el mercado sin reglas. Pero esa interpretación es tan superficial como interesada. Smith no era un defensor del caos económico ni del abandono estatal. Era un pensador complejo, preocupado por la moral, la equidad y el bienestar colectivo.

Berta Páramo ilustra y firma la nueva entrega de Mentes curiosas. Curiosas mentes, la serie de álbum ilustrado editada por el CSIC y Zahorí Books

Más de 50 artistas recorren los 50 años de transición democrática en Portugal y España